El Águila es un género de alfajor muy especial, surgido de la polémica decisión de relegar al dulce de leche a un segundo plano o tercer plano (siendo generosos le concede 1/5 del espacio), lo que tiene repercusiones importantes en el plano de la textura. Porque en este ¿seudoalfajor? Águila dark, el clásico gradiente alfajoril (crocancia en el baño, ternura en la masa, liquidez en el dulce) es reemplazado por un bloque más o menos homogéneo de algo cercano al brownie, con lo que la definición de «minitorta» termina siendo bastante descriptiva. Sea como sea, su calidad es indiscutible.
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El Águila Dark respeta y tal vez profundiza el espíritu del conjunto: la consigna «Todo el poder al chocolate» acá se ve refrendada no sólo por la cobertura 51% cacao (bastante discreta), sino sobre todo por esa masa chocolatosa y chocolatizante.
Interesante ver cómo la Tendencia a la Finolización por la Vía del Cacao, iniciada por Havanna, empieza a llegar a los kioscos de la mano de pymes como La Aldea y ahora también de gigantes como Arcor, que elige con este propósito a la única marca que podría haber elegido: Águila, su niña mimada, a la que adorna con filigranas color oro -clave cromática de esta nueva categoría- y palabritas en inglés.