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Revisionismo

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Aquellos que desconocieran lo que es un alfajor, un extranjero, digamos, podrían rastrear su verdadera esencia en el corazón de estos dos ejemplos: el Jorgelín y el Fantoche.

Basta con pensar que ejemplares de estas dos marcas pudieron pasar por la boca de, por ejemplo, Perón (a su regreso) o Borges para que una profunda emoción nos embargue. ¡Estamos hablando, prácticamente, de los inventores del alfajor! Y en el caso del Fantoche, del verdadero creador del alfajor triple.

Se trata, en ambos casos, de empresas familiares surgidas en los sesenta. Junto con Guaymallén, forman, tal y como afirma esta genial nota de Planet Joy, la Santísima Trinidad de los alfajores. Pero no pretendo extenderme en detalles históricos. Mejor comienzo con el análisis.

Jorgelín. 85 gramos, 327 calorías.

Partamos de la base de que son dos buenos alfajores: tienen personalidad, son ricos y sacian el hambre. Pero así como comparten estas características, en otros aspectos difieren muchísimo. A grandes rasgos diríamos que el Jorgelín es el más sabroso de los dos, el de mejor calidad, mientras que el Fantoche tiene una mejor consistencia, virtud para nada desdeñable.

Fantoche. 85 gramos, 409 calorías (¡!).

Elemento por elemento, el Jorgelín se impone con holgura. Su cobertura no es la gran cosa, no tiene mucho sabor ni un buen grosor ni un gran quiebre; pero la cobertura del Fantoche es demasiado mala: ostenta un recargado gustito a limón y se pega a las muelas. Eso sí, es más crocante que la del Jorgelín.

La galletita del Fantoche apenas si sabe a algo. Su textura es rara, poco cohesiva, con mucha facilidad para quebrarse. Esto implica, sin embargo, poca notoriedad, de manera tal que al morder un Fantoche percibimos, sobre todo, y como debe ser, dulce de leche. Esto no ocurre en el Jorgelín: si bien su galletita —mucho más clara, fíjense— es rica, opaca al dulce con su presencia y hace engorrosa la deglución. Aquí entra a jugar otro factor: aunque pesan lo mismo, el Fantoche es mucho más alto y, por lo tanto, más aireado. Es curioso, por otra parte, que con 85 gramos cada uno, el Fantoche aporte alrededor de 80 calorías más que el Jorgelín. ¿Tiene, acaso, más dulce de leche?

Tal vez. En todo caso, es una diferencia pequeña que parece incrementarse al probarlos, precisamente por el mayor o menor protagonismo de las tapas. En lo que hace al dulce de leche, es definitivamente más rico el del Jorgelín (igual al del Jorgito), que a su vez es un tanto más cremoso. El del Fantoche es muy aceptable, también, pero su sabor resulta un poco más oscuro y su consistencia, demasiado rígida.

Las virtudes del Jorgelín son, si se quiere, gustativas; las del Jorgelín, táctiles. En líneas generales, éstas son las diferencias. Me limito a exponerlas. Ahora queda en tus manos, lector, decantarte por uno o por el otro.

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